La encrucijada

Llegaron a la encrucijada del polvoriento camino. Los 3 compañeros se giran hacia Hef, el pequeño kuduk. Éste se estiró y avanzó unos pasos hacia la izquierda, volvió lo andado y lo repitió por el de la derecha. Se agachó un poco y olió la hierba. Sus compañeros le dejaron hacer. El kuduk podia ser extraño pero nunca fallaba cuando se trataba de elegir un camino. Entonces, Hef sacó una brujula.
-Maldito tapón, ¡esa brujula es mia!- vociferó Guytarg, el guerrero enano
-Hef no es un tapón, solo mides dos dedos más que Hef- se defendió el kuduk- Además Hef se encontró la brujula en el bolsillo de...uh...vale, tienes razón, es tuya.
-Pero ¿por donde es?- Cortó Vreyara, la maga semielfa, desde las profundidades de su capucha. No se sentia segura enseñando las orejas elfas en territorio de forajidos.
-mmmmh...Es la primera vez que Hef duda pero Hef cree que es por la que no es la izquierda.
Entonces llegó volando el cuervo del druida Gast, el único humano del grupo. El Cuervo Graznó dos veces. Bastó con eso. Rápidamente todos los amigos se echaron a un lado del camino escondiendose entre la espesa vegetación.
Acto seguido, 6 trasgos llegaron al lado donde acechaban nuestros compañeros. Uno de ellos, el jefe (notable por su estatura y la gran espada que colgaba de su espalda) gruñó algo en trasgo.
-¿Trasgos? ¿Tan lejos de las montañas?- susurró Guytarg mientras soltaba la hebilla de su martillo y embrazaba el escudo tan silencioso como podia (es decir como un grupo de trolls sobre un suelo de campanillas)
Un de los trasgos giró la cabeza hacia el escondrijo y pudieron observar con todo lujo de detalles su porcina cara llena de cicatrices justo antes de que soltara un grito de alarma.
"A la mierda el sigilo" pensó el enano mientras salia del vado corriendo. Una flecha voló y se incrustó en el ojo de uno de los trasgos mientras Hef gritaba "Uno para Hef, cero para los demás". El Druida saltó en medio del grupo mientras golpeaba en la cabeza a uno de los monstruos. Guytarg sin dejar tiempo a que el aturdido trasgo recuperará el equilibrio le golpeó en el pecho rompiendole las costillas y fulminandolo en el acto.
Vreyara terminó de acumalar las energias arcanas en torno a su mano y ,apuntando con la temblorosa mano rebosante de poder al jefe trasgo, soltó toda la fuerza de un rayo igneo. "Espero que no necesitara el craneo" penso mientras recobraba el aliento. Un agujero perfecto se veia a traves de las zarzas tras las cuales estaba escondida. Los demás tampoco tenian problemas. Las flechas de Hef habian acabado con otro trasgo y el martillo del enano estaba lleno de la sangre de otro enemigo. en el momento en el que Vreyara le miraba el druida acabó con el último y aterrorizado trasgo.
-¿Por donde entonces?-Preguntó con voz grave Gast al kuduk.

Birlo

PD: Si os ha gustado seguiré escribiendo las aventuras de Gast, Hef, Guytarg y Vreyara. Si no, lo siento