27.11.06

Bruce...Snifff

Os pido un minuto de silencio... Hoy hace 30 años que Bruce Lee nos dejó. El maestro de artes marciales...bueno, lo mejor no es hablar si no verlo. ¿Y que mejor manera que contra otro de los maestros de la lucha Chuck Norris? Esta escena es un mito. Disfrutadla



Iaaaaah,
Birlo

23.11.06

¿Amor o costumbre?



Mmmmmh...Tras largas reflexiones en uno de mis bajones de moral he topado con la verdad. Tras analizarla de buen humor, extasiado, triste, cabreado, sobrio, ebrio y en casi todos los estados humanos no le he encontrado fallos.

El Amor solo es el miedo a que nos encuentren 3 meses despues de morir en nuestro piso rodeado de gatos y nos entierren solos. Es miedo a estar solos. Y si pensais que los que están juntos se aman es mentira. Al prinicipio hay atracción sexual e intelectual (nos dejamos llevar por el carisma de la gente) Luego nos acostumbraros a esa persona, conocemos su defectos y virtudes, que fibra tocar para que haga lo que queramos y para no discutir con él/ella. Todo esto añadido al miedo ya mencionado, provoca los matrimonios. Como dijo el siempre genial Groucho: "Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado."


Asi que por favor si alguna vez ois a algun niño hablar de amor por una chica, quitadle la venda de los ojos.


Contento de haber encontrado la verdad,

Birlo

22.11.06

El "Prision Break" de todos los dias



Gente amable que no responde a tus preguntas. Gente culta que habla a gritos. Gente feliz con su frustante trabajo que gruñe cuando pasas a su lado. Gente que presume de pacifistas y recurren a la violencia verbal que se quedan sin argumentos... gente que merece un escupitajo a la cara. Luego dicen que los jovones no tenemos valores, que solo nos organizamos para hacer macrobotellones ¿Qué valores podemos desarrollar ante los maravillosos valores de la desconfianza, racismo, estupidez, pasividad ante la ruina medioambiental, egoismo, brutalidad, inquisitorial ataque ante lo nuevo o la burla de cualquier nueva tendencia de música, movimiento o pensamiento? Nos refugiamos en el alcohol para que, con ebria ceguera, perdamos de vista este mundo deprimiente, de carceleros asustados por la fuerza de la llegada de una nueva generación de gente con ganas de cambiar las cosas, carceleros que no entienden porque no pueden seguir oprimiendo al mundo con su tenaza en lo alto de sus tronos de petroleo y dólares. Por eso luchan contra nosotros. Dicen que nos apoyan pero es mentira. Lo único que quieren es quitarnoslo todo para que generemos rencor, rencor que será la carcel de nuestros hijos. ¿Sabeis cuando padres llaman a programas de sobremesa llorando, arrepentidos, porque sus hijos se han fugado? Me rio y pienso que su carcel, por suerte, es menos segura que la mia.

Y mañana explicaré porque el amor no existe.


Preso,

Birlo

15.11.06

Ombligos


Nos quedamos ciegos de cerrar los ojos,

nos quedamos mudos de permanecer callados,

nos quedamos sin tacto de taparnos,

nos quedamos sordos de no quere oir,

Y ahora dime, oh tú que me escuchas,

¿Qué futuro nos espera si no tenemos devenir?

Carlos Nuño
Como empiezan todos los buenos cuentos, Tuikoj nunca destacó por nada. No era peor o mejor que nadie, ni el más ni el menos importante, ni el que tenia más o menos amigos. Un tipo tan normal y aburrido que daba asco. No tenia muchas aficiones, pero un dia descubrió la más alucinante de las experiencias, la más bella de las vistas, la más divertida de las aficiones: su ombligo. Un idilio con su ombligo, la parte más maravillosa de su cuerpo. Fue por casualidad. Estaba en la ducha cuando un poco de jabón se le metió dentro del orificio que tenia en medio de su barriga. Al quitarselo, vió su ombligo y empezó a preguntarse desde hace cuanto lo tenia ahi. Y se lo hurgó con el dedo. Ya no habia vuelta atrás.

Empezó mirandolo un poco cada dia. Cada dia un poco más, cada vez más hondo, cada vez más tiempo. Dejo de preocuparse por la familia, por los amigos (por el trabajo no, ¡por Dios! de algo tenia que alimentar a su ombligo) por el mundo exterior y se centro solo en su ombligo, su precioso ombligo. No podia dejar de mirarselo cada vez más grande, más rosado, más profundo.

Lamentablemente, como todos los bueno cuentos, éste termina mal. Tuikoj probó a meter la mano entera en el ombligo. Le cupo. Una vez con toda la mano dentro, probó a meter el brazo. Le cupo. Siguió con el otro brazo, los pies, las piernas...todo le cupo. Metió la cabeza y tras ella su tronco. No cayó en la cuenta que estaba desapareciendo. Estaba extasiado. Su amor de la barriga solo para él.
Al final, sobre la mesa solo quedaba un ombligo solitario. Un ombligo que jamás se preocupo por nadie.
Lamentablemente, esta historia se repite demasiadas veces.
Intentando no mirarme el ombligo,
Birlo

13.11.06

La sonrisa de la rosa


Mho cruzaba el lago de lagrimas de Taidjo hasta la isla de la Tristeza. Mantenerse a flote con la armadura de Esperanza era muy dificil pero la fuerza de la constancia y su inflexible determinación de conseguir la sonrisa de una rosa hacian que cada brazada le acercara más a su objetivo. Cuando empezó a sentir el limo grumoso en sus botas, dejó de nadar y se pusó en pie echando un vistazo a la isla azabache donde se encontraba. Una dama alba vestia un traje del color de la sangre y el fuego. Un gesto de la cabaza hzo que de la cabellera de Mho corrieran chispas humedas.

-Las princesas no tienen derecho a llorar.

-Deberiamos tener derecho a dejar de esperar a nuestro principe azul, tener derecho a trabajar la tierra y mostrarnos como seres humanos.

-Sois lo que sois por vuestra elección.

-¡Niego lo que soy! Estoy harta de esta falacia de placios de cristal y vasallaje de cerdos.

-En ese caso ya sabeis lo que debeis hacer.

-Mas temo hacerlo.

-¿Que honor hay en aquellos que se quejan y al tener la solución se escudan en el miedo para hacerlo?

-Está bien, Mho. Gracias.

-Estoy a sus olorosos pies, alteza.

Mientras Taidjo se quitaba el vestido y se posaba en el mar como una pluma, Mho desenfundó la espada y la clavó en tierra. La piedra se resquebrajó, como si fuera cristal saltó en mil pedazos. Los retorcidos arboles muertos se derribaron, los pajaros murieron carbonizados para cantar de nuevo y la rosa que sonreia, suspiró al fin por no tener que mantener esa mueca. Todo habia acabado. La princesa volvia a casa.

Con una enigmatica sonrisa,

Birlo

9.11.06

Sueño...


Metro de Madrid. Un dia cualquiera, un vagón cualquiera de una liena cualquiera. 8'30 de la mañana. Una chica está apoyada en la pared, mascando chicle con la boca abierta y escuchando música tecno. Un hombre trajeado, con barba de varios dias, duerme apoyado en la ventanilla. Usa su abrigo como almohada y no ronca. Una madre intenta aguantar a sus tres hijos, que corren y chillan por todo el vagón, mientras se golpean entre ellos o se introducen objetos extraños en la boca. Un hombre rapado y sudoroso está agarrado a la barra. Mira recelosamente alrededor y masculla algo de vez en cuando. Una chica sudamericana lee un libro. Es la edición francesa de "La metamorfosis" de Franz Kafka. De vez en cuando saca un pequeño cuaderno rojo y escribe algo.
En un momento de su juego, uno de los niños se sube con los zapatos llenos de barro al asiento de al lado del hombre dormido y se pone a chillar. El hombre abre los ojos, se los frota, mira al niño, se incorpora, recoge el abrigo y lo dobla. El niño se calla pero le coge la corbata a la vez que empieza tirar. El hombre agarra al niño en brazos y le sienta en sus rodillas. Con cuidado le agarra la nuca y, de repente, empieza a golpearle contra la ventanilla. Al principio, con fuerza y luego, según se vencia la resistencia inicial y la cabeza se convertia en una pulpa sanguinolienta, más suavemente hasta que por la mano le chorreó sangre. EL hombre trajeado tiró al cadaver al suelo y con un pañuelo se limpió la mano. Hubo un silencio sepulcral. El ambiente se estaba cargado. No habia nigun ruido aparte del traqueteo del metro. El hombre rapado dejó de mascullar. La chica subió el volumen del mp3. La chica sudamericana dobló la esquina de la hoja y cerró el libro. La madre miró al asesino de su hijo. En sus ojos solo se veia agradecimento. Un suspiro recorrió todo el vagón.
basado en un hecho real
Dormido en el Metro,
Birlo