31.12.09

Adios

Este es, con toda seguridad, el post más duro que he escrito.
Por eso he estado posponiendolo durante tanto tiempo. Aunque no es la única razón: supongo que me molestaron todos las frases, todas las fotos, mucho teatro para mi gusto, al fin y al cabo, sabes como soy. Pero, quizás, la razón más importante por la que no he escrito antes es que me prometi a mi mismo que sólo escribiría esto cuando estuviera preparado. Me jode admitir que me equivoco, pero en este caso es evidente. Nunca se está preparado para estas cosas ni terminas de acostumbrarte. Te arrancan algo dentro de ti -así lo describió una amiga común- y jamás vuelven. Estoy rompiendo mi promesa, te escribo un homenaje (o algo así) pero no estoy preparado y esto va camino de ser uno de los millones de borradores del mismo texto.
Quizás lo termine hoy. Me da miedo. Me da miedo que una vez plasmado todo lo que siento, una vez liberada la pena de mi corazón, se cierre la herida y cauterice el vacio provocado por tu muerte. Me da miedo olvidar y me da miedo olvidarte y que no seas mas que una sombra borrosa de un muchacho que conocí en mi juventud.
Cuando pienso en estas cosas o pienso en ti, intento mirar fotos de aquellas de San Juan o de Mallorca. Duelen y me gusta que duelan porque indica que no sólo es imposible que te olvide o te relegue a un personaje secundario en la historia de mi vida, sino que has sido una persona muuy importante en mi vida. Si hay algo real e infinito, no es la estupidez humana como decía Einstein, sino la capacidad de arrepentimiento. Y, de verdad, me hubiera gustado hacerte saber que eras un Amigo, de verdad, de los que llevan mayusculas, de los que suelo decir que cuentas con los dedos de una mano y te sobran seis dedos. Y ahora has muerto y yo siento como si me hubieran cortado los brazos.
Pero hay que ceder el terreno a los situaciones de facto. Y el hecho es que no estás aquí, no estás en el Messenger, en el Tuenti o en el Facebook (que por cierto, me sigue recordando que hace mucho que no hablo contigo), nos has dejado y no vas a volver. Y lo unico fisico que nos queda de ti es una losa de marmol, fria y gris, que ni me recuerda a ti, ni a ti mismo te hubiera gustado. Sin embargo, por mucho que duela te has ido regalandonos algo. Todo lo ocurrido nos ha hecho madurar. Madurar a hostias, que es la única manera. Todo lo que yo puedo pensar es que te echo de menos y me arriepiento de cada dia de no haberte podido conocer más.
No sé, realmente, por mucho que escriba, no termino de explicar lo que realmente siento. Pero me siento mejor.
Adios amigo.