Banco

Sentado en un banco cualquiera de un parque cualquiera, miraba distraidos los paseantes entre el humo de mi cigarro. Allí iba uno paseando a su perro, el cual se para a olisquearme la mano y se larga con el rabo entre las piernas cunado intento acariciarle la cabeza, otro de esos ciclistas que para dar una vuelta en bicicleta se disfraza de Lance Amstrong, un abuelito cojeando con su bastón que me sonrie con amabilidad, tres chicas pintadas como un muro con las bolsas intentando esconder botellas que tintinean, una señora gorda envuelta en pieles cubierta de alhajas me mira con asco, un tipo de mi edad mirando con asco al mundo y la música tan alta que la oigo desde mi sitio, un grupo de niños pequeños que pasan chillando y dando patadas a un balón (una de ellas me da en la pierna pero no se paran a disculparse...niños...). Y cuando el culo se me ha quedado como un tempano de hielo, los nudillos empiezan a coger un curioso tono morado, y la nariz rivaliza con Rudolph pienso que me ha vuelto dejar plantado. Como siempre, como lo que viene siendo el final de todos mis dias.... me encojo de hombros y esbozo una sonrisa.

Quizá aquella chica tuviera razón y tuviera que tomarme la vida con más humor. Al fin y al cabo, aunque en esta vida perra al que le va bien nadie le hace caso, ¿quien quiere que le hagan caso cuando puede reirse de sus errores pasados?


Y yo que sé a que viene esto,
Birlo