Mirame

Mirame...sigues sin comprenderlo. Mirame a los ojos. No, no miras el brillo de ira que reflejan. Ve más dentro, más hondo. ¿Lo ves? Claro que no lo ves. No hay nada que ver. Desprecio y asco es lo único que hay. No tienes que comprenderlo porque no puedes. Tranquiliza tu soberbia inflamada. No me das asco tú, no te desprecio (al menos no del todo) y no insulto tu inteligencia (la cual considero nula) Solo me divierte ver tu intento de asimilarlo todo. Eres como un mosquito en medio de una autopista. Ya puedes correr o te quedarás pegado en mi parabrisas. Desprecio ese mirada, ese olor a indiferencia por la incomprensión pegajosa que te rodea y que es un hedor para mi. Me miras como un niño mira a un caracol que sale tras la lluvia. Me observarás con atención hasta que te aburras y creas que no hay nada más que ver. En parte tienes razón: me reduzco a eso. Una mirada indiferente en un vagón de metro, unos ojos de pez embobado. Mirais una mueca ironica dibujada en una mascara de desengaño a primera vista ligera pero dura como el acero triste e inquebrantable de un matarife con tantas cicatrices como historias, resistente como la fé de un estupido beato al que le han demostrado lo inutil de su fe.
Sigues sin comprender. No te preocupes...no te importa por mucho que lo finjas. No te importa porque no me conoces. ¡Oh no! No niegues tan exageradamente, marioneta de cuerdas enredadas. Es normal que no me conozcas. Ni siquiera yo soy capaz y desistí de esa empresa hace ya eones... ¿Para que seguir jugando una partida que perdi hace tiempo? Dejemoslo. Nunca lo entenderás.
-¿Te apetece un café?
-Po' vale

Genio incomprendido,
Birlo

Pd: hay dias que uno se siente sólo. Hay que aprovechar los dias que también inspiran