22.4.07

Gracias, Gato de Cheshire


Un gran amigo, con el que tengo muchas diferencias, me escribió una bonita carta que se merece estar aqui...

Libera tu mente y déjala soñar. Sueña que eres un hombre feliz porque ha conseguido el objetivo que se había propuesto cuando era un niño. Sueña que consigues todo lo que quieres, que existe un genio de la lámpara que te concederá no uno, ni dos, ni tres deseos; sino todos los que tu le pidas. Aprende a imaginar, a ver dibujos en las nubes, a pensar que hay algo más detrás de todo, que la verdad absoluta no existe, que todo es un mundo de perspectivas y de mentes pensantes, que la realidad es ambigua y que no todo se puede conocer con los descubrimientos de la ciencia. Existen caminos vedados, cuya puerta no podemos abrir, tan solo mirar por el ojo de la cerradura para intentar ver lo que hay dentro aunque en un futuro, sepamos toda su contenido, cuando nos toque cruzarla. Aparecen sentimientos reales, no ficticios como el amor, la amistad, la confianza, en toda la senda de nuestras vidas. Detrás de cada realidad hay una idea. No olvides nunca el idealismo y tener la ingenuidad de un niño.

Quiero que aprendas a no rendirte. Quiero que dejes de un lado el destino, que aunque dices que no existe, tanto te ata. El destino no está escrito, el destino lo eliges tú, por ti mismo, pero muchas veces te resignas a la realidad creyendo que no puedes cambiarla. Por ello quiero que generes una idea, que se convierta en tu destino, en lo que te dé fuerzas para seguir adelante. El deseo de conseguirlo. No te pierdas en tu camino. Y no olvides que lo importante no es el final, lo importante es el rumbo, y en él caer y levantarnos para aprender. El sentido de tu vida. Pídete un deseo a ti mismo y concédetelo creyendo que vas a conseguirlo. Eso es la motivación, confía en ti mismo, en tus posibilidades, no te rindas ante el primer viento opuesto hacia tu dirección; cree que puedes conseguirlo. Tú eres el genio de la lámpara. Eres dueño de ti y de todo lo que te rodea. Cuando te digan que te das cabezazos contra la pared, respóndeles que la romperás para pasar al otro lado. No cedas. No retrocedas. Todavía existen sentimientos sin ser poseídos por la hipocresía. Solamente recordarte que cuanto más te frustres, más daño te harás. No quiero siquiera que analices la verdad y falsedad de mis argumentos. Aunque quieras no podrás descomponer mi ‘teoría’ como haces contra todas las cosas con tu mente racional. Ni siquiera es una teoría, no hay fundamentos científicos, no puedo probar nada, pero día a día sé que aunque a veces reciba tortas por ser demasiado ingenuo e idealista cada vez me acerco más a lo que verdaderamente deseo, simplemente por querer conseguirlo. Sé que hay barreras, sé hay fronteras, sé que hay banderas, dinero, riqueza, hipocresía, baches, pero también conozco la bondad, amistad, la rebeldía, y el apoyo que algún día vencerá esos convencionalismos sociales, siempre que exista gente que crea en ello. Si desaparece esta voluntad, estaremos perdidos. Si es borrada esa fuerza de voluntad, estaremos perdidos. Si no hay ese querer hacer, esa esperanza, la vida no tiene sentido. Y la vida tiene todo el sentido, aunque sea por el hecho de dar la oportunidad a la nada de que unos pequeños apéndices se pregunten por qué existen. Me gustaría que alguien me explicara si cuando alguien da la vida por una creencia, un sentimiento, o por una persona también es fruto del azar y de la necesidad.

Debes encontrarte a ti mismo. Y tener la fe de un niño para ser feliz. Gracias de nuevo por ser el Sancho que me baja a la tierra. Recibiré palos. Pero tendré mis momentos de gloria que sabrán mejor que la aceptación de la realidad y el conformismo. Y la negación de la esperanza. No olvides (esta frase es mía) que la esperanza es una luz que alumbra y te guía en tu camino, pero te ciega si la miras demasiado tiempo. No olvides en tu vida este texto que un día escribió un Rock Lee (oséase yo), a un Neji resignado a su propio destino.

Gracias gato de Cheshire,
Birlo

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