22.4.09

Mañana


La luz se filtra decidida por entre las sabanas, convencida de la misión de arrancarme del sueño. Me giro y la ignoro pero ella, insistente, persigue mis pestañas. Entierro mi cabeza bajo la almohada, sabedor que jamás me encontrará allí. Sin embargo, ella tiene muchos recursos y pide ayuda al taladrante timbre del telefono. El desagradble sonido es como un millon de megatones estallando en las playas de mi somnolencia. Pero ninguno de los dos contaba con la desesperada fuerza con la que me agarro al sueño.
Reptando, una mano sale de mi cama y tantea el suelo. Olisquea un poco alrededor de las patas de mi catre, levanta zapatillas y ropa hasta hallar, al fin, lo que buscaba. El móvil intenta huir asustado mientras sigue gritando pero ya es mio. Lo miro. Me mira. He aqui un dilema moral: ¿cumplo con mi obligación y retraso el sonido cinco minutos más o lo apago para entregarme a los dulces brazos de Morfeo? Al final, no sé que tecla pulso porque sigo sin abrir los ojos.
Pero tras esta ardua lucha, mi cuerpo empieza a tomar conciencia de si mismo. Frio en los pies porque se me han vuelto a salir de la cama, piernas de piedra inamovibles, ganas de salir a mear (¡No! ¡no aún!) , nauseas que cierran a cal y canto el estomago, un cálido dolor en la adormecida espalda, el corazón latiendo demasiado lento como para recuperar completamente la consciencia, los brazos y manos agarrotados con fuerza alrededor de la almohada, la boca pegajosa y pastosa, ahora mismo mi lengua debe estar blanca y un martilleante y aspero dolor de cabeza.
Suspiro y me arrebujo un poco más disfrutando del poco calor residual de la cama.
Sí, hay que tomar el nuevo dia por los cuernos. Hay que ser optimista. Ante mi, el día se presenta lleno de nuevas oportunidades.



Pero yo quiero malgastarlas todas quedandome en mi cama de por vida.
Recién levantado,
Birlo

1 comentario:

LittleSham dijo...

Final "optimista"? (o casi)




kien lo abría dicho? :P