25.5.08

Un banco en medio de Madrid con un sucio cigarrillo en los labios. Un hombre con su perro. Una ráfaga de viento que mueve las hojas. Nubes oscuras en el cielo. Un grupo de chicas de catorce y quince años riendo en voz alta. No hay batería que me permita escuchar música en el mp3. Soledad. Suena una sirena en algún lugar cercano. La espalda resuena como un viejo muelle al estirarme. Un par de críos persiguiendo una pelota que me recuerdan a alguna escena de la infancia. Rutina. Quizás sea mejor volver y dormir. Estoy agotado, supongo que por... Pero nunca llegué a terminar ese pensamiento.

Acaricia la acera al caminar. Sus movimientos son delicados, como si bailara. Las nubes se abren a su paso dejando que el sol duerma en su pelo. La banalidad y el aburrimiento huyen despavoridas al doblar ella la esquina. El mundo se detiene unos segundos al verla pero ella no parece darse cuenta. Sonríe. Camina tranquila sabiendo que las prisas no son buenas. Levanta la mirada del suelo y me clava al banco con un reflejo de la luz de sus ojos.
Escalofríos, un relámpago en el cerebelo funde todos los cables que mantenían atado el mundo a la cordura, suena una música en mi pecho, siento un calor helado o un frío abrasador que me arranca las ganas de gritar, por esto los poetas escriben y Werther se suicidó...segundos después todo se apaga. Ella pasó de largo. Dejó atrás las nubes negras, la normalidad y la rutina. A cambio... una estela de olor a galletas recién hechas

Birlo

Pd:solo por no ver mi cara de mala leche... prometo una mejora cualitativa

1 comentario:

Anónimo dijo...

nuñooooo conectate joeeeeeee