7.7.09

Dos botellines


Casi medianoche. Dos botellines de cerveza charlan en una tranquila terraza de bar. Detrás con el brazo como una correa, sus dueños: un chico desgarbado, ojeroso y una chica con el pelo largo y enredado. Rien y hablan. Hablan y rien. El polvo y el calor no importan. Ellos rien. No hay nada por lo que fruncir el ceño. Esta noche no.

Ahora están ebrios. Se miran y ven sus ojos borrosos esbozados en los ojos del otro. Las mandibulas se cansaron de brincar de risa. Los botellines se alinean, vacios, secos, en el suelo de piedra. El camarero está ligando con la rubia de la barra así que nadie recoge los cadaveres de tan desigual batalla. Ellos callan y se miran. Se miran y callan. No están tristes y es posible que no quisieran estar en otro lado, por eso no hace falta decir nada.

Todo, bien o mal, acaba. Las noches no son menos. En el momento de despedirse, él no hace un comentario ingenioso, gracioso a la vez que insinuante, original y sin que se le trabe la lengua que hace que ella no pueda evitarle besarle. En el momento de despedirse, ella no anda unos pasos, piensa y se da la vuelta para correr a sus brazos y fundirse en un exquisito beso. Los finales de pelicula dejenlos a los guionistas. En la vida real, charlan hasta la parada de autobús, se dan dos besos y ya en el autobús ella, andando él se permiten imaginar y quizás un leve suspiro.

Dos botellines más,
Birlo

1 comentario:

LittleSham dijo...

Hola Hola Hola!
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WELCOME BACK MR. BIRLO :)