20.6.09


Hoy estoy sentado delante de mi mesa. El desorden y el caos se extienden hasta el mismo borde donde, a veces, cuelgan cables y ropa aferrandose desesperadamente por no caer hasta la alfombra. Todo está exactamente igual que ayer cuando el desorden y el caos se extendian hasta el borde de mi mesa, donde a veces, colgaban cables y ropa aferrandose desesperadamente para no caer en la alfombra. Cualquier observador poco avispado diría que no ha pasado nada y aunque todo está en el mismo sitio que ayer, erraría en su afirmación. Quizás la realidad fisica no se ha movido un ápice. Quizas mi desorden estatico siga acumulando polvo mientras espera una mano diligente y ordenadora.

Pero hay algo que si ha cambiado. Es práctiamente invisible pero está ahi. Como dijo el zorro de Saint-Exupéry: "lo esencial es invisible a los ojos" y esto es la esencia misma de la esencialidad. Es tan fugaz como el rastro de un perfume en la multitud o el brillo de unos ojos en la noche. Es una vibración, una cálidez interior que te pone los pelos de punta. Es una actitud, es un filtro distinto para mirar las cosas.

Es el verano.
Y con él, las vacaciones.

Ocioso,
Birlo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jodido ocioso!

bolet dijo...

tengo ahora así la habitación, ¡lástima que quede mucho para el verano!