26.3.08

Momento dorado

Las sombras se alargaban bajo la luz cálida del flexo mientras una vieja canción de rock (ese tipo de canción oída mil veces que todo grupo de amigos defiende como suya) sonaba perezosa en una minicadena. El pequeño ventanuco dejaría entrar alguna luz pero las cortinas están echadas sumiendo a la habitación en una agradable semipenumbra. Los dos personajes que habitaban la estancia estaban absortos. Fingaro, de espaldas a la puerta, dibujaba ferozmente en un bloc de anillas. El suyo no era un estilo original, por mucho que así lo defendiera, sino una mezcla de estilos de aquí y allí que le daban a su producción un cierto caos. Sin embargo, no pretendia ser un profesional y esos garabatos en un sucio cuadernillo le bastaban para entretenerse. Priapo, tumbado languidamente en la cama hacia anillos de humo, gruesos y blancos, para pincharlos poco después con el cigarro. Su mirada se clavaba en el techo donde colgaba solitaria una fea lampara.
El viento ululó en la distancia y comenzó a oirse el tamborileo de la lluvia en el tejado metalico. Priapo se dió la vuelta en una posición incomoda para apagar el cigarrillo en el cenicero de la mesita de noche y se incorporó en la cama.
-Ahí fuera debe hacer un frio de pelotas.
Sin girarse, Fingaro le respondió:
-Fuera, ya. Pero estamos aqui dentro.
Priapo se dio la vuelta para mirarle la nuca.
-Fingaro, no te entiendo.
-Porque eres subnormal. Lo que quiero decir es que nosotros estamos aqui dentro. A cubierto. A salvo.- Con un gesto violento arrancó la hoja en la que dibujaba- pero ahi fuera está el viento, la lluvia, el frío, la tormenta. así nosotros no tenemos lugar más seguro que nuestro interior.
-Oh si! seguro... el infierno son los otros. Tienes un día de esos de bajón ¿no?
-Cada vez que abres la boca me pregunto porque malgasto mi tiempo hablando contigo.-Fingaro suspiró, se echó hacia atrás en la silla y se estiró. Mientras se quitaba la gorra y se rascaba la caspa dijo:- Tú y yo somos distintos a... ellos. El resto son... ¿como has dicho?
Priapo se apoyó en la pared y sacó otro cigarrillo de la cajetilla.
-El infierno.
-Justo, el infierno-su interlocutor se rió-¿quien dijo eso?
-Un gabacho muerto* ¿que más da? Sigue. Me gustaría saber adonde quieres llegar.
-Lo que quiero decir con esto es que todos estamos dentro de nuestro castillo levantado con la fantasia de la protección. La soledad no es buena, pero nadie nos ataca excepto nosotros mismos a no ser que seamos lo suficientemente estupidos o duros como para matar nuestra conciencia. Nuestro autodesprecio se refleja en el mejor de los espejos: Nuestra propia especie, los demás y nos resultamos tan repulsivos que terminamos alzando nuestras murallas. Cada cual elige la suya, la que sea con tal de que sea distinta de la de los demás. Tú, Priapo, tienes esa vagancia apática que crees atractiva y resulta completamente desquiciante.
-¡Ja! Llamó negro el cuervo al grajo. Pero como puedes tener la caradura de decirme eso tú, Fingaro señor estirado de mirada por encima del hombro y pose despectiva. No eres más arrogante porque estarías solo...
-Y estoy solo, no te equivoques.-le interrumpió mientras la canción cambiaba a un exito de tres años atrás.
-Si, si el perrito mojado, tu estupida historia de amor egolatra. Te lames las heridas que tu solo te has hecho para echarte sal encima en cuanto puedes.-Priapo arrugó el paquete de tabaco y lo lanzó encima de la mesa.-En cualquier caso, creo que se adonde vas a llegar. Cada uno elige sus propias murallas para protegerse de los demás porque los demás son nuestros enemigos ¿no? Mira, Fingaro, el hombre busca desesperadamente estar con los demás pero teme difuminarse en la masa anonima de rostros y busca una seña de identidad que le haga unico algo que sea solo suyo y para él, para poder vivir eternamente en los demás, para poder ser recordado. Por esto tu eres un cerdo arrogante y a mi me importa un carajo el resto. Porque cuando nuestras familias o amigos (si llegamos a tener)- Fingaro le miró divertido- estén en nuestro funeral ante la masa de carne muerta que seremos y crean que seguimos ahí o en cualquier otro lado... en ese momento, querido amigo, pensaran en como estuviste siempre por encima de ellos y en lo poco que me importaria cuanta gente vino a mi funeral. Y seremos recordados por ello.-Dió una calada al cigarrillo y tiró la ceniza al cenicero con una toba.
-Bonita charla. Tan emotiva como vacia de contenido racional. Sin embargo-Unos golpes en la puerta le interrumpieron- ve tú a abrir que estás más cerca.
Priapo le miró y le dijo:
-Abre tú. A me da igual quien sea.

El agua seguia resbalando por las ventanas. El humo flotaba como un segundo techo, exactamente igual que hace 10 minutos. Fisicamente no habia cambiado nada. Pero el momento dorado de aquella conversación habia muerto con la interrupción de un puño sobre la puerta.

Finalmente,
Birlo

*Jean-Paul Charles Aymard Sartre (París, 21 de junio de 1905– Ibídem, 15 de Abril de 1980)

PD:No suelo escribir tanto como antes pero ni tengo tiempo ni inspiración. Y si, este me ha quedado muy largo pero cortarlo romperia el efecto que le queria dar.
PPD: Ahora que lo releo en el fondo no es más que una acumulación de palabras profundas formando un sinsentido pero asi son todos mis posts y los sigues leyendo asi que...¿que más da?

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