¿Máscaras?

¿Por qué me hablas de máscaras? Nadie habló de odio ¿Por qué hablas de ocultar la realidad tras una sonrisa? Es cierto... lo hice hace algún tiempo. Pero ese tiempo pasó y esto que tú llamas máscara solo es mi piel, cubierta de esta indiferencia y apatia. Nadie habló de odio. Siento que no te guste mi gesto. Es desagradable, ni siquiera le gusta a su portador. Nadie habló de odio. Si hubiera sabido que seria asi me la hubiera quitado hace tiempo. Solo he ganado protección momentánea, cobarde protección y discusiones con todo el mundo. Nadie habló de odio. ¿Por qué no me la quito? Es sencillo. Porque no puedo. Nadie habló de odio. Todos añoramos los viejos tiempos, pero nadie los añora más que aquel que cometió un error irreparable. Nadie habló de odio. No te equivoques.


Desde lo hondo de la máscara,
Nuño

Gota

La gota surcaba el cielo en caída libre, aullando al viento, bailando entre el aire, girando en un círculo infinito, gritando la canción amarga del alma, transformándose en las mil formas del demonio, caía.

Y caía hasta chocar con la superficie dura, pálida, arrastrándose por los cortos pelos mal cortados de un rostro que miraba hacia el cielo. Una sonrisa amarga, una primera gota. Y el viento que levanta y ondea una gabardina negra como el azabache. Como si ese movimiento de tela oscura recortada contra el plomizo cielo fuera una señal, el agua empieza a caer. No besa el suelo. Lo araña, lo muerde, lo desgarra, como un encuentro largo tiempo esperado. El suelo, amante paciente, recibe los golpes y mira con tristeza como se empiezan a formar charcos de luna en su sucio polvo.

La figura agita los hombros, como un gesto de desprecio por la fuerza del aguacero. Quizá desde lejos se confundiera como una muda risa, como un espasmo de éxtasis en medio de una carcajada silenciosa. La gabardina va oscureciéndose poco a poco mientras se empapa. Y sus labios se mueven en un susurro a gritos, como un secreto desvelado, como una revelación de un angel, como un sueño de cristal capaz de partirse con solo nombrarlo, como algo que juró que no volveria a decir:

-Vuelvo a estar aquí. Contigo. Yo te protegeré. No te volverán a hacer daño. No volverán a entrar tan profundo. No voy a fallar. Sin embargo sabes el precio. No volverás a abrazar a nadie. No volverás a sentir el calor humano y serás confinado a mi jaula de fria protección.

Un gesto de la mano, corto, sin esfuerzo. Indiferencia absoluta.

-Hablas demasiado. Sabes que acepto. Te añoraba, cretino. Vuelve conmigo, dulce coraza… dulce miedo a los demás… dulce desconfianza…dulce intimidad…dulce y secreta fortaleza…

Birlo

Solo

Más solo que la una, solo como Cain tras matar a Abel, solo como el ultimo cerdo en sacrificar, solo como un francotirador en territorio enemigo, solo como el ave que guia a la bandada a zonas más calidas, solo como un hombre orquesta, solo como el tipo de alli, solo como el poeta bucolico que se esconde en el campo para componer, solo como Jesucristo en la cruz, solo como un dictador, solo como una rata comiendo basura en un rincón, solo como tú, solo como un ciego, solo como el ultimo hielo bailando en una copa, solo como el sol en medio del firmamento, solo como la silueta del lobo recortada contra la luna, tan solo como Narciso, solo como solo un idiota puede estarlo, solo como el bibliotecario cuando no hay examenes, solo la primera gota que cae antes de la tormenta, solo como el ultimo cigarro de la cajetilla, solo como el heroe torturado que tanto está de moda, solo como el ultimo de los beatles, solo como un enviado especial, solo como Frankestein, solo porque si, solo como un burro amarrado en la puerta de un baile, solo como el balón de fútbol subido al altillo, solo como el árbol partido por el rayo en la pradera, solo como el suicida arrepentido, solo como un milenario vampiro, solo como el loco que vaga por las colinas de la desesperación, solo como la daga clavada en el corazón de Julieta, tan solo como dios, solo como el Caos Infinito, solo como Lestat temiendo volverme loco por preguntar, solo e incomprendido, solo por gusto...y como unica compañia mi amada soledad. Solo y sonriente,Birlo